martes, 3 de marzo de 2009

Crónicas de un viaje (I)


El Personaje

Me encanta viajar. Conocer ciudades, culturas, gentes. Saberme rodeada de personas que no me conocen ni entienden y, sin embargo, basta una sola mirada para crear cierta complicidad.
Las travesías en avión son mis preferidas. Sentirte tan cercana en el tiempo y tan alejada en el espacio. Los vuelos siempre instauran en mí cierto aire de inquietud emocional –comodidad y confort vs intranquilidad y preocupación. En pocas ocasiones sientes que tu vida depende tanto de una persona, su experiencia y técnica.

El aeropuerto se me presenta como un mundo aparte. Una zona de tránsito entre lo conocido y lo ignorado; aquello que estás a punto de descubrir. Una marea de personas va de un lado hacia otro. Puestos de control policial, detectores que pitan, cuerpos de seguridad que cachean. Y en medio me encuentro yo. Unas veces más perdida que otras.
Río y pongo mi mejor cara. He descubierto que la sonrisa puede ser el pasaporte más idóneo para desenvolverse en medio del caos de la terminal.

Esta vez nos embarcamos rumbo a Londres. La primera parte de la expedición está constituida por seis personas. Tomamos asiento y observo a mi alrededor -siempre lo hago-. Me gusta ver la expresión de los rostros que me acompañan. Unos niños juegan con sus Game Boys durante el trayecto, una chica consuela a su compañera (no llego a acertar si se siente aturdida por un mareo o es presa simplemente de una crisis de pánico al hecho de volar), azafatas recorren el pasillo de cabina a cola… y allí, delante de mí lo encuentro. Un tipo inglés con traje a rayas. Se zampa un bocadillo y un plátano en menos de lo que dura el despegue. Se coloca sus anteojos, sus auriculares, y a dormir.
Entre tanto, el grupo discute sobre temas diversos.En nuestro discurrir descubrimos que hay mayonesas voladoras –air craft-, que los cinturones de seguridad tienen su patente y que los productos que ofrecen durante el vuelo son extremadamente caros.


Comienza el aterrizaje. El tipo eleva su máscara, saca su móvil y comienza un solitario. ¡¡¡Lo tiene todo perfectamente calculado!!!

Tocamos tierra; estamos en el aeropuerto de Gatwick.
En nuestra búsqueda de transporte hacia London seguimos cruzándonos con personajes muy peculiares.
Acabamos de llegar.
He aquí el comienzo de nuestra historia.

1 comentario:

  1. Me encantan los relatos impresionistas (y que haya gente que se fije en esos pequeños detalles para poder construir a base de pequeñas pinceladas literarias estas maravillas) :).

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