miércoles, 31 de diciembre de 2014

Nuevo Año

Así es. Cualquier momento debiera ser oportuno para detenerse y reflexionar.
No obstante, quizá sea hoy -el último día del año- el que nos ofrezca esa ocasión para hacer recuerdo de lo que ha sido y soñar con lo que será.
A mí me sucede. Y la única preocupación que encuentro en este momento es no saber si hallaré el modo y la capacidad para expresar y transmitir toda mi gratitud por este año que nos deja.

Un 2014 de profundos cambios, nuevas experiencias y multitudinarias despedidas. De mudanzas, festejos, idas y venidas… Un año de amistades, viajes, inolvidables conciertos, trabajo en equipo. De nuevas llegadas al mundo y tristes partidas.

Gracias Murcia, por formarme y acogerme durante los 5 mejores años de mi vida. Gracias Bolivia, por enseñarme, descubrirme y mostrarme otras realidades, por modelarme como persona y ser mi casa estos últimos meses. Gracias Ballart, por tu desinteresada amistad, por todo lo que hemos vivido, reído y compartido. Gracias Granada -mi gran familia- por el recibimiento y la espera; por el calor del hogar, la entrega y la unidad. Gracias a ti, Dani, por tu inmenso cariño y desbordante ternura, por cada instante contigo; por ser parte de mi vida y acompañarme en el camino. Y gracias a todos y cada uno de vosotros que, de algún modo, habéis hecho posible el transcurso de este 2014.

Ahora, un sólo deseo para el Nuevo Año que comienza. Que el 2015 sea generoso en trabajo, salud y prosperidad. ¡Que sigamos compartiendo vida y emociones!

Brindemos por la felicidad, el amor, la esperanza… Por las gratas sorpresas que están por llegar y todos esos sueños e ilusiones por cumplir; por los encuentros y reencuentros. Por la certeza de que comienza y nos aguarda una nueva aventura...

¡¡Feliz Año Nuevo!!

jueves, 13 de noviembre de 2014

Hermes

¿Sabes? Recuerdo muy bien aquel día. Lo recuerdo tan nítida y vívidamente que casi se me antoja presente.
Aquello fue "amor a primera vista". Lo tuve claro cuando te vi. Eras el más grandecico y dorado de la camada. Te así entre mis brazos y nos fuimos para casa.

Apenas te mantenías erguido. El resbaladizo suelo de la cocina te hacía difícil llegar al tazón de leche. Entonces, buscabas cobijo entre los pies de mamá, que fregaba los platos.

Y de este modo fue como -fugazmente- dejé mi infancia para ejercer de madre. Quizá ya olvidaste aquellas noches que pasaba en vela tratando de dar consuelo a tus quejidos. Te abrazaba hasta que te quedabas dormido.

Entre juegos y reprimendas crecimos y aprendimos juntos. Tere superó su alergia y miedo a los canes, y Jose se molestaba cada vez que le hurtabas alguno de sus Playmobils. Papá disfrutaba refregando chorizo en tu hocico, haciéndote a escondidas pequeños bocatas de jamón y queso; y mamá se disputaba contigo el mejor espacio junto a la estufa. A pesar de sus protestas, la querías mucho; no te separabas de ella.

Las noches de tormenta y los días de festividad con fuegos artificiales no había manera de encontrarte en la casa. Creo que era lo único que te daba espanto en esta vida. Bueno, no, también la veterinaria.
Te gustaba ir a la playa y corretear por el campo. Jugar con la pelota, buscar, olfatear, encontrar... Traernos con orgullo cualquier "tesoro escondido".

Siempre admiré tu independencia y espíritu libre. Sabías hallar tu propio espacio, sin olvidar nunca a dónde pertenecías.
La inteligencia es un don que ni siquiera todas las personas poseen... Tú aprendías rápido, por ti solo. Sabías demasiado, ¡pequeño briboncillo!. Mamá siempre decía que sólo te faltaba hablar.

Al igual que a nosotros, te entristecía el retorno de las Navidades y el regreso de cualquier viaje. Ansiabas la hora de tus paseos y esperabas con paciencia -asomado al balcón- la llegada de papá. Te fascinaba corretear a los gatos y buscar caricias a la hora de la siesta.

Salir de casa para estudiar y trabajar fuera no fue fácil para nadie. Quizá yo te extrañaba en exceso, y esperaba con ilusión los fines de semana de reencuentro.

Crecimos. Y pese al paso (y peso) de los años, seguías presumiendo de ese ánimo vivaracho y jovial.
Gozaste de salud, serenidad y una alegría desmesurada. 

Hoy lamento el transcurso del tiempo y su fugacidad.
Aquí lleva días lloviendo. Gran parte tristeza, y otro tanto desconsuelo.

Sólo quienes nos conocieron saben lo que significabas -significas- para mí. Ahora, más que nunca, me pesa esta distancia y el no haber tenido la oportunidad de acompañarte, de despedirme de ti.
Agradecida quedo por estos años -maravillosos e inolvidables años- que nos has brindado con tu fiel compañía. Porque has sido parte indispensable de la familia. Gracias por acompañar nuestros pasos; por toda una vida de risas y juegos a tu lado. 

Te quiero mucho, Hermes. Hasta pronto mi estrella; hasta siempre mi sol*




viernes, 22 de agosto de 2014

A Tere (La Respuesta)

Leo y releo tus palabras... No imaginas la complejidad a la que me enfrento. ¡Ojalá pudiera igualmente expresar con tanta claridad lo que siento!

Sí, yo también me sigo emocionando, aún continúo siendo de "lágrima fácil", y me sigo encariñando con cualquier animalito de la calle. Enfadarme, me enfado menos. Quizá no he alcanzado con nadie la confianza suficiente como para hacerlo. Sigo pasando demasiado tiempo frente al espejo, y me he aficionado a las infusiones hasta límites insospechados... "tó se pega" :)

Entiendo tu vértigo e incertidumbre. Apenas acabo de pasar por ello. Confieso que aún hoy continúo con esa misma sensación. Si alguna vez te fueron de utilidad mis consejos, en esta ocasión te diría que vivas y aproveches con intensidad y máximo entusiasmo estos últimos meses de formación tutelada. Nunca se acaba de estudiar y aprender, pero los días que dejas como residente sólo pasan una vez; ¡disfrútalos!.
También te sugiero que trabajes con constancia y plena entrega a tus pacientes. Jamás te desilusiones, y no dejes de escuchar y acompañar.
Cultiva tu capacidad de crítica y razonamiento. Sé perseverante, tolerante y -ante todo- optimista.
Entre otras cosas, en estos meses, estoy tomando conciencia del significado de la auténtica vocación. Ser médico es mucho más que un trabajo o una dedicación. Es un estilo de vida.

Por aquí ya sabes, todo marcha bien. Naufrago en una alternancia de calma y ajetreo laboral. Hay tiempo para todo, incluso para la soledad.
Son muchas las cosas que se echan de menos, las conversaciones, los recuerdos.
De cuando en cuando recibo noticias de la gente. Siempre se agradece esa cercanía; sentirse próximo aun en la distancia. 
A papá y a mamá diles que sí, que como y duermo lo necesario para sobrevivir, que no viajo sola y que siempre me acompañan de regreso a casa. A Jose también lo extraño, mucho, su ingenioso humor y hasta su temperamento. Cuídame a Hermes, procúrale tranquilidad y sed permisivos con él, que también se lo merece. Se echa en falta su compañía. 

Me voy despidiendo, que es hora de dormir. Con esto del cambio horario a ti te quedará poco para despertar. Sigue insistiendo, fantaseando, viajando, enamorándote y charloteando. 
¡Que tengas un buen día!*


viernes, 8 de agosto de 2014

Vidas

A veces, la realidad que vives es lo suficientemente irracional como para no tener tiempo de percatarse de nada más.
Hacía un mes que no encendía el televisor -y quizá hubiese sido mejor no hacerlo nunca-. 
El telediario mostraba aquellas imágenes, llenas de sufrimiento, crueldad y dolor. Enfrentamientos entre iguales por un pedazo de tierra. Desolación, ruinas, masacre... Se me hacía imposible concebir tanto caos desatado en semanas. Y de un drama a más muerte. Ahora tocaba el turno de unos aviones accidentados: el primero, víctima de otro conflicto político. Vidas llenas de ciencia y progreso, de ilusiones y esperanzas... al fin y al cabo, vidas. Por si la atrocidad humana fuera poco, la naturaleza también se rebela: derrumbes de casas, deslizamientos de tierra, derribo de aviones, regiones anegadas. Vuelta al desastre y la catástrofe. En esta ocasión, el azote a un continente ya de por sí mermado, pobre y olvidado. Parece que la desgracia siempre se cebe con los más desasistidos. El ébola no entiende de razas ni naciones, y la ayuda humanitaria se antoja insuficiente para paliar -una vez más- tanto horror y tanto miedo.

Desde el otro lado del mundo, hay quien se preocupa en criticar la repatriación de un enfermo o en agendar reuniones para discutir el crecimiento económico de su país. Los hay quienes se permiten el lujo de confesarse ladrones y corruptos, y de presumir de sus delitos fiscales.

Aquí, muchos permanecerán ajenos a estas realidades; ya tienen las suyas propias que contar. Son ancianos que mendigan en las calles, pequeños "aparcacoches" que reclaman unos pesos para llevar a casa, madres lactantes que duermen en las aceras... Mafia, corrupción. Calzadas atestadas de basura y escombros. Transportes públicos precarios, y altas tasas de mortalidad por accidentes de tránsito. Desapariciones, violaciones, ajustes de cuentas. Son lugares donde la vida pierde su valor; pero eso -probablemente- a nadie le importe.


domingo, 27 de julio de 2014

De pedacitos

Arrancó el motor y conectó la música; esa misma que le acompañaría en cada uno de sus viajes. 
Del gran arsenal de canciones que poseía, la reproducción se inició con la que probablemente mejor definiría su ser y sentir. Atrás dejaba una ciudad que la había hecho crecer, vibrar... la había conformado como persona.
Adentro, en su pecho, se agolpaban sentimientos de agradecimiento y añoranza. Afuera, sobre el parabrisas, comenzaban a caer aquellas delicadas gotas de lluvia. 
El cielo, en aquel momento, también lloraba su partida.

lunes, 26 de mayo de 2014

Despedida

Nadie dijo que fuera fácil. Aún hoy se me antoja imposible expresar con palabras el profundo agradecimiento que siento tras estos cinco inolvidables años. He aquí un extracto de lo declarado en una noche llena de sentimientos, recuerdos, emociones y palabras de afecto y amistad:

Murcia, 23 de Mayo de 2014

"¡Buenas noches a todos! Me vais a disculpar por no tener la capacidad innata de una exquisita expresión oral ni el don de palabra, y es que en estos 5 cinco años –y a pesar de que lo he intentado- he dado por perdida la batalla contra el Dr. Herrero. No voy a poder estar a la altura de su oratoria.

No obstante, no quería dejar pasar la ocasión de agradecer vuestra presencia esta noche, ni considero que deba obviar poner de manifiesto cuánto y de qué modo habéis formado  parte de mi historia en estos últimos años.
Una historia que comienza allá por mayo de 2009 cuando, tras superar el examen MIR, una andaluza como yo (en su búsqueda y avidez por el cambio) decide trasladarse a Murcia, una ciudad completamente desconocida y ajena en todos los sentidos. Ya desde el principio, la acogida fue inmejorable, permitiendo acomodarme y hacerme hueco sin grandes dificultades. No resultó difícil la tarea de crear nuevas amistades a mi llegada.
El hospital se convirtió en todo un mundo por descubrir, y a él agradezco mi formación y crecimiento.

Quisiera, en primer lugar, dar las gracias al Servicio de Medicina Interna (facultativos, administrativos y personal de enfermería); que ha sido mi casa y mi refugio durante todos estos años. En él he descubierto la tenacidad en el trabajo, la dedicación y la auténtica vocación médica.
Gracias, especialmente, a la Dra. Marín, con ella comencé a dar mis primeros pasos por la Interna, y es a quien le debo el aprendizaje de los primeros meses. A las tutoras de residentes, Dra. Gil, Dra. García Orenes, y especialmente a la Dra. Barrio, por su preocupación, disponibilidad y entrega. Gracias a las compañeras de Paliativos (Dra. Gandía y Dra. López) y de la Unidad de Cadera (Dra. Cerón), porque colman diariamente su oficio de una increíble calidad humana y profesional. Gracias a la Dra. Herranz, Dra. Page y Dra. Vigueras, por compartir tanta ciencia y conocimiento, por sus exposiciones magistrales y la presentación de casos clínicos que tanto nos han enseñado. Gracias a los varones de la 1ª fila (Dr. Andreo, Dr. Pretel, Dr. Martínez y Dr. Alemán), por su discreción, sabiduría y buen hacer. Gracias a la Sección de Infecciosas (Dr. Espinosa, Dr. Bravo y Dra. Carpena), por instruirme, corregirme y perfeccionarme en la elaboración de la historia clínica y la exploración física; por las  interesantísimas consultas de VIH y por hacerme correr en todos los sentidos de la palabra. Gracias al equipo de la UMCE (Dr. Torralba,  Dra. Casado y Dra. Llanos) por vuestra cordialidad y apertura, y por hacerme entender que no sólo la Medicina es un arte (también la pintura!!).

Gracias a todos mis resis de Interna, los mayores que ya acabaron, mis “co-erres” y los peques que se quedan, porque no saben de qué manera me han hecho aprender y disfrutar trabajando. Gracias por hacer todo más fácil; por los viajes, las escapadas en bici y los aperitivos. Y gracias, cómo no, a los jefes: Dr. Herrero y Dr. Arribas, por abrirnos las puertas de sus despachos, escucharnos y acompañarnos. Porque siempre se han mostrado accesibles y cercanos.


Y en cuanto al resto de Especialidades Médicas os agradezco vuestro interés y disposición, porque siempre he sentido vuestro apoyo y colaboración, tanto en planta como en las guardias.

Gracias al servicio de Cardiología, y muy especialmente al Dr. Cambronero y Dr. Martínez Corbalán, que me acompañaron en mis primeros pasos por esta especialidad, y me introdujeron en el mundo de la cardiopatía isquémica, las valvulopatías y las cardioversiones eléctricas. Y al Dr. Giménez, por colarme en su consulta, actualizarme en la insuficiencia cardíaca y empaparme de ciencia y conocimiento.

Gracias a los neumólogos, a todos sus resis, y muy especialmente a la Dra. Meca, que primero fue mi co-R y más tarde mi adjunta; por estar disponible las 24 horas del día y cargar de oxígeno la vida de nuestros pacientes.

Gracias al servicio de Digestivo, y de forma especial al Dr. Muñoz, quien me educó para ser minuciosa y detallista; y quien con paciencia y esmero me explicaba y me ha hecho disfrutar con el estudio de la hepatología. Y la Dra. Chacón, que me hizo hueco en su consulta para compartir de primera mano las experiencias de los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal.

Gracias al servicio de Endocrinología, y muy especialmente a la Dra. Pascual (Mini), con quien compartí todo un mes de insulinoterapia, consejos dietéticos y éxitos terapéuticos. No conozco a nadie mejor que ella para transmitir empatía y ganarse la confianza del paciente. Y no puedo olvidarme de la Dra. Arjonilla, compañera de trabajo –pero ante todo amiga-: Gracias por compartir esta aventura conmigo.

Gracias, cómo no, al servicio de Neurología; que se convirtió en mi segunda casa, haciéndome sentir un miembro más del equipo. Muchas gracias a la Dra. Contreras, Dra. Martínez-Vidal y Dra. Albert, por su cercanía y amabilidad, porque son auténtico ejemplo de lucha y trabajo. Gracias al Dr. Alías, Dr. Moreno, Dr. Villaverde y Dr. Fernández, por colmar de humor las jornadas laborales, por sus buenas palabras. Porque son verdaderos maestros de su Especialidad.

Gracias a la Dra. Gil, Dra. Ureña, Dra. Martínez-Vidal y Dra. López, porque más allá de lo estrictamente laboral hemos compartido inolvidables momentos de ocio y encuentro. Con vosotras he cumplido mi sueño de “ser jinete”, he conocido otros rinconcitos de Murcia y he crecido y aprendido con cada uno de vuestros consejos. Agradezco vuestra apertura y acogida en este último año, porque me habéis hecho sentir una más.

Gracias a tantos otros especialistas (Radiólogos, Reumatólogos, Intensivistas, Microbiólogos, Anestesistas, Alergólogos, Urólogos... y hasta Cirujanos y Traumatólogos), y personal de Enfermería (mención especial se merecen los enfermeros de las sextas, las quintas, la 5ªIP, la 4ªDG, la 2ªDP y la 3ªDP) con quienes he compartido no sólo pacientes, sino momentos de estrés, dudas, risas y cotilleos de pasillo.

Y cómo no, gracias a mi familia, mis padres y hermanos, porque sin su apoyo, comprensión y ánimo, probablemente no me encontrara hoy aquí. Gracias por ser el pilar y sustento de mi vida, y acompañarme a cada paso y en cada una de mis decisiones.

Ahora acaba esta inolvidable etapa en Murcia, pero tengo la suerte, la ilusión y el reto de comenzar una nueva experiencia laboral como Coordinadora en un Proyecto de Salud en Bolivia, puesto que se me ofertó y no he podido rechazar.

Espero volver pronto y encontrarme de nuevo con todos vosotros, mis queridos compañeros y amigos del Hospital Morales Meseguer."


lunes, 21 de abril de 2014

Blaumut

Tarde de Abril -"aguas mil"-. Jornada de descanso y puesta al día.
Nada como aderezar estos instantes con nuevas y recientes adquisiciones musicales. Un regalo para los sentidos.


domingo, 19 de enero de 2014

Interruptio

Ni de derechas ni de izquierdas. No es cuestión de partidismos.
Ni tan siquiera debiera vincularse a creencias o religiones.
Es un tema tan controvertido como delicado. Siempre lo ha sido. Y es que en estas últimas semanas el asunto del aborto alcanza -si cabe- aún más protagonismo.

La sociedad se escinde en partidarios y detractores. A favor, los "progres", los liberales. En contra, los "ultras", los fascistas.
Sobre la mesa se presenta el debate en torno a los derechos de la mujer. Todo el mundo opina, discute y argumenta. Quizá a nadie se le haya ocurrido aún -ni por asomo- ojear el polémico anteproyecto de ley de Gallardón y cotejarlo con su predecesora, la Ley Orgánica del 2010, aprobada durante la legislatura de Rodríguez Zapatero. Les insto a su lectura.

Se puede estar, en mayor o menor medida, conforme o en desacuerdo con ciertos supuestos; no cabe duda. Sin embargo, no parece lícito ni razonable, entre tanto maremágnum, poner en tela de juicio los derechos de la mujer, ni hacer de éstos un estandarte de lucha ("Nosotras parimos, nosotras decidimos"). Hasta donde bien se sabe, engendrar es cosa de dos. Habría de hablarse entonces del "derecho de los padres a decidir ". También ellos tendrán algo que decir... Considerar la penalización del libre aborto como algo misógino o machista es ridículo y desmesurado. A nadie se le ocurriría pensar que este es un planteamiento aleatorio e irreflexivo.

La mujer tiene (tenemos) derechos, claro que sí. Derecho a decidir sobre su sexualidad y a planificar su maternidad. Derecho a expresar sus miedos, problemas y dificultades; y a que se le otorguen el apoyo y la ayuda pertinentes a sus necesidades. Tiene derecho a ser informada y a recibir asesoramiento, orientación y programas de planificación familiar. El embarazo no debiera adquirir la consideración de problema, en ninguna circunstancia; y el aborto (fuera de supuestos) no debiera revelarse como único recurso o solución.

Hacer uso de temas tan delicados y comprometidos para hacer política es, cuanto menos, indecoroso y ruin. La sociedad tiene que manifestarse (¡claro que sí!) y exigir a sus gobernantes medidas y recursos; el fiel compromiso de que ninguna mujer sentirá incertidumbre y desamparo ante la nueva vida que se gesta.