viernes, 24 de febrero de 2012

¿Quién soy?

Supongo que a más de uno le ocurrirá que desearía saber, no tanto la opinión de los demás hacia él, como sí la imagen que da al resto de personas con las que se relaciona. Los gestos, las palabras, la indumentaria; la manera de actuar.
A mí me pasa. Y es que no puedo evitar esbozar una sonrisa cuando se me relaciona -así de visu- con determinados grupos sociales o ideologías. ¡¡Y eso que no acostumbro a hablar de política!!

Hoy me crucé con dos personas que andaban paseando sus perros: una venerable anciana y un joven punky de ropa zarrapastrosa. Ambos se encontraban inmersos en una entretenida conversación acerca -obviamente- de sus respectivos canes. Dos generaciones, dos estilos diferentes. En otras condiciones, apuesto que la señora hubiese cambiado de acera al encontrarse a este tipo. Pero "si tiene perro, no debe ser mala persona", solemos pensar.

No son pocas las ocasiones en las que percibo cierto "feeling" con gente que me intuye de una forma que no necesariamente tiene por qué corresponderse con la realidad. Sin dejar de ser nosotros mismos, la proyección que hacemos en los demás influye de manera notoria en las relaciones interpersonales.
Y tú, ¿quién crees que eres?.

miércoles, 22 de febrero de 2012

Lo que quiero ahora

Porque, afortunadamente, hay sentimientos comunes y personas capaces de transmitirlos, de una manera hermosa y sencilla.


"Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va esto llamado vida.Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.
Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.
Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.
También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo."

Ángeles Caso, Premio Planeta con la Novela  Contra el viento 

martes, 14 de febrero de 2012

En la Prosperidad y en la Adversidad


A vosotros, auténtico testimonio de amor y compromiso, ¡¡FELICIDADES!!

Porque aquel 22 de Octubre decidisteis dar el “sí quiero” a una vida en común, con sus alegrías y dificultades. Una vida basada en la tolerancia y el respeto mutuo.

Vosotros, que de manera responsable habéis formado una familia educada en valores y aptitudes, sois nuestro mejor referente.

¡¡FELICIDADES!! Por descubrirnos que el amor se construye a diario, con esfuerzo y constancia, y que -pese a las adversidades- permanece siempre el deseo de seguir caminando juntos en un mismo sentido. 

A vosotros, que me habéis convencido en todo momento de que es posible vivir en una perpetua “luna de miel”, ¡¡FELICIDADES!!

* Con todo mi cariño, a España y su Reina

martes, 7 de febrero de 2012

"... De todo lo que es mío de ti..."

Ha sido uno de esos días en los que pasaría, frente al volante,  horas y horas conduciendo.
De igual manera que en mis años de adolescente, he recurrido al "viejo" cantante de voz quebrada para que me acompañase durante el viaje. 
El regreso ha estado empañado por un clima de viento y nieve empolvada, convirtiéndose el paisaje en un auténtico panorama digno de admirar. Y mientras me alejaba, te observaba por el retrovisor, espléndida y deslumbrante; envuelta en el mismo manto blanco con que me recibiste.
Me ha alegrado verte de nuevo y descubrirte como siempre. No cambias a pesar del transcurso del tiempo.


Tú, tan cercana aún en la distancia.
Fuente de inspiración de poetas y artistas.
Cuna del flamenco, ciudad de las Ciencias. Reina mora.





sábado, 4 de febrero de 2012

Un toque musical

Qué mejor opción que finalizar la jornada -y la semana- con uno de los grupos que me han acompañado en los últimos días (guardias incluídas) ^+^
Y es que, también en el trabajo, aprendemos a compartir y a poner en común nuestros gustos musicales.
Gracias por el Reggae, el Indie y hasta el más puro Rock*