domingo, 14 de junio de 2009

Aprendiz

Como pupilo al amparo de su tutor, así me hallo. De una parte, protegida. De la otra, ávida de conocimiento y saber.
Son muchos los aspectos en los que trato de instruirme, y muchas las personas que ponen su esfuerzo y empeño porque así sea. Tutelada por adjuntos y compañeros voy adquiriendo, día a día, un poquito de destreza y manejo. Habilidad en la comunicación médico-paciente, práctica en el arte de la exploración, desenvoltura en la petición de pruebas y lógica en la prescripción de los medicamentos.
Cada paciente es una nueva oportunidad para aprender y cuestionarse.

Estoy aprendiendo un montón, de eso no hay duda. Y no únicamente en lo referente al ámbito sanitario -ni muchísimo menos-. En estos tiempos todo es un continuo descubrimiento e impregnación de costumbres. Hay "maestros" que me asesoran sobre dónde tapear. Otros, se encargan de mostrarme la riqueza del léxico murciano. Hay quienes me improvisan con dibujos mapas de la ciudad. Y los hay que conciertan encuentros, fiestas o reuniones; cualquier excusa es apropiada para compartir unas cervezas y fomentar la relación inter-especialistas.
De manera autodidacta, me entreno en el sentido de la orientación. No está mal perderse de cuando en cuando por las calles y averiguar hacia dónde me llevan.
Empiezo a entender que hay horas del día en las que mejor es no salir (salvo deseo explícito de lipotimia), y que cuando hablo, se nota demasiado mi acento andaluz.

Gran elección hice en su momento. Es una enorme suerte poder contar con gente tan válida en el trabajo y la ociosidad. Mis agradecimientos a tantos cuantos dedican parte de su tiempo a ser educadores de esta humilde aprendiz.