jueves, 30 de diciembre de 2010

Despedidas

Último día. En el ambiente se respira un aire distendido y cordial. Nada que ver -supongo- con el que habrá al regreso de las vacaciones, cuando se incrementen las horas de trabajo semanal y se reduzcan los sueldos... Pero eso, es otra historia...

Saliente de guardia, hoy, dará comienzo mi esperada Navidad. Tendré ocasión de disfrutar de la familia, los amigos y algo de tiempo para mí.

Me despido de cuantos se van de alta, y de tantos como quedan en la planta de hospitalización. Con mi más sincero afecto, les deseo un Feliz y Próspero Año Nuevo, aún a sabiendas que para muchos el 2011 no será precisamente un año de alegrías y buenas noticias.

En el recuerdo quedan todas aquellas personas con las que día tras día compartí buenos (y no tan buenos) momentos. El corazón, lleno de emociones y sentimientos arraigados a lo largo de estos doce meses.

Al Nuevo Año le pido Salud, Prosperidad y mucho Amor para todos!!!

Rían, sueñen y sean Felices!!!*




miércoles, 29 de diciembre de 2010

Carta

Querido Papá:

Sabes que siempre, y hoy más que nunca, tenemos motivos de agradecimiento y celebración.

Hoy decides sumarte un añito más. Otros 365 días de completa entrega, amor y desvivir por los tuyos. Y es que nunca cesas en tu empeño de seguir creciendo, compartiendo y viviendo intensamente cada momento que se te presenta.

Los recuerdos se amontonan, y los años cumplidos endulzan de especial cariño y ternura la vida de quienes vivimos contigo.

¿Te acuerdas de?...

... Las mañanas de domingo junto al estanque de los patos. Las tardes en el pueblo despachando medicinas. Los baños de Blanquita y el canto de Pichín. Las visitas a la cooperativa. El Cola-Cao en el bar de Antonio. Las tardes de playa. Los veranos en la Renfe, con patines o bicicleta. El aperitivo de los partidos. El “transporte nocturno” del sofá a la cama. Los desayunos antes de ir al cole. Las películas en Beta. Los sábados de invierno: chocolate con churros, palomitas, castañas tostadas…Tus eternas 28 primaveras. “Dame la mano que vamos a cruzar”. Tus llevadas y traídas del colegio. El Fura y el Orión, compañeros de nuestras intrépidas travesías. Los “culillos” de cerveza. El granizado de café de nuestros veranos en el balcón. Las tablas de multiplicar durante los viajes. “Pisesa menena”. Las sesiones de peluquería desde tiempos inmemorables. La toma de la lección antes de cada examen. El Portal de Belén y los villancicos. Tu arte culinario. Los ocho besos en la frente a la hora de acostarnos. Manolo Escobar y Nino Bravo. La compañía y sugerencias durante las compras de ropa. Tu firmeza en los momentos difíciles. Los paseos con Hermes. Las noches de desvelo esperando nuestra llegada a casa. Las risas hasta quedarse sin respiración. Las siestas. “Hoy no abrimos a nadie”. Las películas que no veré por adelantarme el final. Las conversaciones por teléfono. El café de las mañanas. Tu apoyo en cada una de nuestras decisiones...


Muchísimas Felicidades, Papá, por tu corazón noble y tu espíritu joven.


¡¡¡Felicidades por ser, sin duda, el Mejor Padre del Mundo!!!






domingo, 28 de noviembre de 2010

Cuando la vida se nos va


Que "la vida te puede cambiar en una fracción de segundo" suena a tópico. Sin embargo, nunca una expresión guardó en sí tanta certidumbre y evidencia.

Fue una guardia relativamente tranquila, con una tarde de frío y lluvia en las inmediaciones del hospital. Lástima que el tiempo no actuara a nuestro favor.
Los accidentes de tráfico fueron la norma. Colisiones frontales, laterales, vuelcos... Fracturas cervicales, pélvicas, costales; abiertas, cerradas. Traumatismos craneales. Urgencias quirúrgicas.

Y entre tanto drama y desconcierto, las familias. Madres, hijos, hermanos.
Una auténtica tragedia acontecida de forma breve e inesperada. En un abrir y cerrar de ojos se transforman vida y circunstancias.

Uno de los politraumatizados traídos por el SUAP viajaba junto a su hermano. Éste nunca llegó a nuestro Centro. Una llamada telefónica a última hora de la tarde nos dio la noticia.
En ese momento te planteas la pertinencia de informar al herido, sabiendo que los hechos son una realidad para todos, por más que deseases que hubiese sido fruto de un mal sueño.
No quieres interferir en la evolución del paciente, y optas por ser prudente en la información proporcionada. Será la familia quien comunique el suceso.

Una muchedumbre se agolpa en la puerta a la espera de un comunicado médico. Personas rotas, turbadas, sacudidas por la conmoción. Gente ajena a uno mismo con las que se entabla cierta empatía emocional.

Se comparte el desconsuelo y sólo queda el apoyo mutuo. Una reciprocidad de sentimientos entre el que pierde y el que apenas tiene algo que ofrecer.

viernes, 26 de noviembre de 2010

"El lugar no importa, la luna es imprescindible"


Cuando parecía dibujarse un atisbo de raciocinio en la mentalidad eclesial acerca del polémico tema sobre el uso del preservativo, el portavoz de la Conferencia Episcopal -Juan Antonio Martínez Camino- se ha adelantado a aclarar que el testimonio del Papa no constituye justificación alguna para la utilización de dicho método anticonceptivo.

Benedicto XVI, en su nuevo libro Luz del Mundo publicado el pasado 23 de Noviembre, sorprende a la prensa al considerar el uso del preservativo en ciertos casos. La noticia supuso para muchos un intento de apertura a la tradicional condena que Roma mantiene hacia quienes usan condón.

Pero no todo podía ser tan perfecto. En una rueda de prensa ofrecida esta mañana, Martínez Camino se ha aventurado a desmentir las palabras del Sumo Pontífice, acreditando que tales declaraciones no suponen ninguna modificación en la doctrina de la iglesia, y subrayando que su uso ocurre siempre en un "contexto de inmoralidad".

Todo esto transcurre en vísperas del Día Mundial de lucha contra el SIDA, que se celebrará el próximo día 1 de Diciembre.


Para quienes trabajan en el terreno con las víctimas de esta pandemia, el preservativo constituye un arma de prevención fundamental contra la transmisión del VIH.

Es una necedad condenar una práctica cuya privación genera consecuencias letales; y causa de indignación que tales testimonios procedan de personas que permanecen ajenas a una realidad carente de justicia social y derechos humanos.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Mirando al ayer



Hoy he vuelto a pasear por las calles de mi ciudad. Con aires de añoranza he realizado aquella misma ruta que solíamos recorrer las tardes de los miércoles. Una decena de jóvenes universitarios; termos, mochilas a la espalda y dulces. Café y calor para compartir.

Miles de historias y cartones de vino se amontonaban en cualquier pórtico, acera o plaza. El tiempo transcurría caprichoso aquellos días. Tardes de frío, soledades. Incompresión y prejuicios. Interrogantes miradas de los viandantes. Espontáneas trifurcas callejeras. SIDA, alcohol, marginación.

Fueron años de canto y baile por las calles; de tertulias de política y cultura.
Se convirtieron en rostros amigos con nombre propio. Relegados de la sociedad, castigados por las adversidades de la vida.

Hoy me pregunto por ellos... Muchos aún serán los eternos emigrantes del pasado. Otros se habrán rendido a su cuerpos castigados.

De cuando en cuando me encuentro buscándolos. Quisiera compartir de nuevo aquellas tardes sin techo.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Realidades

Fran es el chico de la 523. Veintisiete años, empresario, con planes de boda.
Apenas 55 Kg de los 74 que acostumbraba a pesar. Ayer ingirió alimento por primera vez en seis semanas. Desde entonces, su único sustento había sido el preparado nutricional que se le administraba diariamente por vía parenteral.
Su dolencia se expresa en forma de enfermedad de Crohn, en una variante agresiva y de difícil control médico. Un intestino ulcerado y obstruido que ha precisado de dilataciones endoscópicas, contrariedades terapéuticas y el sufrimiento de quienes observaban cómo se consumía día a día.
Hoy Fran vuelve a sonreír. Refiere sentirse mejor que nunca. Ha tolerado muy bien el alimento, y probablemente en un par de días se vaya a casa. Esta noche cenará pastel de carne.

Ángel, un joven de casta gitana, se encontraba en la habitación contigua. Treinta y cuatro años, padre de dos hijos. VIH+, cirrosis hepática por VHC y adicto a heroína. Postrado en cama nos recibía cada mañana. Precisó de punciones abdominales para extraerle líquido ascítico casi a diario, e infusión de sueros y diuréticos a fin de mejorar la función renal. Habiendo superado las múltiples complicaciones de su patología, fue dado de alta la pasada semana. Hoy ingresa éxitus por nueva descompensación. De no haber sido por su consumo de drogas (que mantuvo durante el ingreso), habría sido candidato a trasplante hepático.



A veces sería más fácil cerrar los ojos y obviar cuanto ocurre en nuestro entorno. Sin embargo, son tales testimonios los que impulsan a seguir hacia delante. Es ésta la realidad que se nos presenta, tan compleja e inconcebible como la vida misma.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Vuelvo

Vuelvo a dejarme seducir por tu llegada. A esperar con impaciencia el reencuentro.
Vuelvo a llorar. A reír.
A pasar noches en vela; tardes dialogando.

Vuelvo a sorprenderme. A compartir.
A desnudar emociones y desengaños.
Vuelvo a pintar de azul el cielo. A imaginar el mañana perfecto.

Vuelven las llamadas. Tu voz.
Las promesas incumplidas. Nuestros sueños divididos.
Vuelven las preguntas sin respuesta. Las frágiles despedidas.

Vuelves. Siempre ceñido de incertidumbre y misterio.
Espontáneo, divertido. Con sonrisas y proyectos.
Vuelves con mil oportunidades tras cada tropiezo.

Vuelves. Vuelvo.


martes, 10 de agosto de 2010

Un Soplo de Vida

Aquella primera vaharada que penetra y acoge el pecho del recién nacido, es la misma que -como un suspiro- abandona al individuo. Es ése el mismo hálito que separa vida y muerte.

La respiración cede. Y en ese aire que se escapa, también huye nuestra alma, nuestro espíritu, nuestra esencia.
En ese frágil equilibrio oscilamos, entregando en cada exhalación una parte de nosotros.


Para quienes lidiamos diariamente con la enfermedad, el trabajo no siempre resulta fácil. Uno tiene que enfrentarse con frecuencia a multitud de dilemas personales, éticos y morales. Surge la confrontación de pareceres, ideas y principios en el entorno del paciente. El personal sanitario debe aceptar y reconocer la muerte como proceso inherente a la vida; teniendo el deber de transmitirlo a quienes velan por el bienestar del enfermo. Muerte no es sinónimo de fracaso. Simplemente, el cuerpo se agota, se rinde y se entrega.

En la práctica clínica, la exigencia por parte de los familiares es -en ocasiones- desmesurada. La presión ejercida nos lleva a tomar decisiones y emprender acciones diagnóstico-terapéuticas inútiles y sin esperanza ("encarnizamiento terapéutico").
El profesional sanitario tiene que asegurar el alivio del dolor y mantener la calidad de vida de sus pacientes.

Nos empeñamos demasiado a menudo en evitar un desenlace ineludible.
Posiblemente, aún no hayamos llegado a comprender que formamos parte de un ciclo que tiene un principio y un fin; que es la cesión de ese aliento que nos sustenta y se renueva.

domingo, 1 de agosto de 2010

Bella Lombardía (II)

Un paseo norteño

De historia y cultura ancestrales, Italia es un país que a nadie deja indiferente. La majestuosidad y grandeza de sus construcciones arquitectónicas, su característica gastronomía, el clima mediterráneo; es fácil dejarse seducir por la belleza de su naturaleza y el esplendor de su arte.


Los días posteriores los dedicamos a conocer las ciudades circundantes. Nos sustentamos a expensas de caffè macchiato, brioches, pizzas, pasta y helados. En este recorrido en pareja nos convertimos en auténticos nómadas urbanos. A mi hermano le confío lo referente al idioma y la comunicación interpersonal -para algo estudió italiano en Bachillerato-. Yo asumo la organización del viaje (que no es poco) y el cuidado de mi semejante.
Caminamos. Retratamos aquellos momentos que consideramos irrepetibles. Continuamos caminando. Cada jornada culmina con los pies lacerados y el cuerpo exhausto. Cada amanecer nos sorprende con una nueva lesión pruriginosa (malditos mosquitos italianos!!!!!).


Segundo día: Turín (Torino). Situada en la vecina región del Piamonte. Entre los lugares de interés, destacan la Mole Antonelliana, la Piazza San Carlo, el Palazzo Reale, la Catedral, la Piazza Vittorio Veneto y el Monte dei Cappuccini. Tan sólo a una hora y 50 minutos de Milano, es una localidad que merece la pena conocer.

Tercer día: Bérgamo. De nuevo en la región lombarda. Ésta es, sin lugar a dudas, la mejor ciudad de todas las que hemos tenido la oportunidad de conocer en esta ocasión. En ella, es imposible no admirarse del hermoso contraste que ofrecen las dos partes de la ciudad (Città Alta y Città Bassa). Colina y llanura sustancialmente diferentes pero unidas. El recorrido de la Ciudad Alta marca nuestro objetivo. La subida en bus y funicular y el descenso a pie nos ofrecen una visión completa de los paisajes y ambientes. Se trata de un espacio rico en historia y testimonios del pasado. El estilo medieval de sus torres y calles fascina a cuantos la recorren.

Cuarto día: Pavía. Apenas 25 minutos de tren nos separan de esta capital situada al sur de Milano. Somos recibidos en una atmósfera de lluvia y aguacero que, limitados en el tiempo, dan paso a un ambiente cálido y soleado. Ciudad fácilmente transitable. Resulta reconfortante el paseo a orillas del río Ticino.


Y tras este breve peregrinaje por tierras lombardas, regresamos a Milán. Allí, después de 10 horas aeroportuarias, lectura incesante y un estado de duermevela, embarcamos de nuevo rumbo a España; nuestro hogar.

Bella Lombardía (I)

La travesía

Nunca pensé que la vida de las abejas -seres eusociales- pudiese interesarme tanto; sus conductas, "danzas" y formas de comunicación con el resto de miembros de la colmena. Absorta, escucho con atención la explicación magistral.
Entonces me recuerdo de niña, imaginándome experta zoóloga analizando el comportamiento animal en cualquier punto de la sabana africana... Un sueño que, a pesar del transcurso del tiempo, aún se aferra con fuerza y del que es difícil escapar.

Conversaciones sobre Ciencia y lectura marcan el inicio de nuestras andanzas por tierras lombardas. Un viaje que, sin duda, estará marcado por las risas, las anécdotas, los malditos mosquitos chupa-sangre y una buena dosis de paciencia.
El trayecto hacia Madrid transcurre sin sobresaltos, únicamente retrasado por motivos de tráfico. La T1 de Barajas nos acoge; comienza una larga espera. La misma que nos priva de sueño y comodidad. Me alegro de ser joven... estos cuerpos lo aguantan todo!!!

Tocamos tierra. Estamos en Milán. Un viejo y estridente metro nos traslada hacia nuestro destino: el hotel. Sinceramente, creí que sería una habitación de mayor envergadura, que no cobrarían por hacer uso del aire acondicionado y que el desayuno estaría incluído...

La ciudad no sorprende demasiado. Il Duomo, la Galería Vittorio Emmanuelle, el Palacio Real, el Jardín Público, el Castillo Sforzesco... Un paseo por los puntos turísticos de mayor interés nos da una idea del estilo y el ambiente cosmopolita de la urbe.
Destaca la abundante población inmigrante, el gris plomizo de los edificios, el acelerado ritmo de los milaneses y los WC "públicos" con cobro de entrada (muy típico en Italia).

Cerramos la jornada con un buen gelatto italiano y nos retiramos a descansar. El viaje ha sido extenuante, y aún quedan varios días por delante. De hecho, esto no es más que el comienzo de una aventura que sólo acaba de empezar.




lunes, 15 de marzo de 2010

55º39'S 67º52'O

El ímpetu del oleaje golpeaba contra babor. Los gélidos vientos del Sur helaban sus mejillas; y los cabos abrasaban unas manos ya agrietadas por el tiempo y su inclemencia.
Sin embargo, un intenso fuego ardía en su interior. Era su instinto de supervivencia y el deseo de alcanzar su sueño lo que le impedía abandonarse en ese duelo de titanes.
Aquella naturaleza indomable y la inmortalidad de los minutos que transcurrían eternos constituían un desafío digno de afrontar.
La aventura en la que había decidido embarcarse se estaba llevando a cabo... No era ahora el momento de cesar en su empeño.
Tomó el mando de su barco. Calculó coordenadas y planificó una ruta alternativa.
Su experiencia en navegación era, sin duda, intachable.
El océano se había convertido en su mayor maestro. Junto a él, concibió la pequeñez de su existencia, aprendió valores como la humildad o el respeto, y comprendió la importancia del trabajo y el esfuerzo.
Dirigido por su agudeza buscó el soplo de un viento a favor. A medida que el vendaval remitía, se dejaba llevar hacia aguas calmas; comprendiendo, al fin, que era el mar quien le guiaba.

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Abrió los ojos. En mitad de la sala de aquella Estación de Ferrocarril observaba a la multitud. Una marea de individuos se agolpaba -ensimismada- en la puerta de embarque. Nadie con quien poder dialogar. Ni una sola mirada con la que cruzarse.
Sintió frío. Una vacía sensación de soledad que le entumecía el corazón. Rodeado de ausencia e incomunicación añoró encontrarse en alta mar.
Al menos la brisa conversaba; las estrellas le guiaban en sus noches de travesía; y la inmensidad del horizonte le otorgaba aquello con lo que siempre había soñado: la libertad.