Special People

Llegaron de la mano de Bruno. O más bien llegamos, porque ellos ya estaban allí. Sólo era necesaria esa extraña casualidad por la que las personas se encuentran y conectan.

No sé cómo ni por qué, pero de la coincidencia nacieron lazos. Con ellos se vuelve a la amistad más pura. Ésa de cuando eres niño y piensas "siempre seremos amigos", porque sabes que ese sentimiento no puede cambiar nunca. Realmente, es ahora cuando creo que la vida te sorprende en cualquier circunstancia y ocasión. De ahí ese dejarse sorprender; porque lo mejor siempre está por llegar.

Y así, de repente, entraron en mi mundo. O más bien entré, porque ellos ya estaban esperando dentro.

Poquito a poco hemos ido conociéndonos y compartiendo. Risas, conversaciones. Chistes, canciones -otra cosa no, pero cantar... ¡¡cómo nos gusta!!-.

Nos entretenemos con juegos de los tiempos del cole. Hablamos hasta altas horas de la madrugada. Nos indigestamos con grandes atracones de comida (dulces, salados, light y con fibra). Viajamos, tomamos el sol -y el viento-. Y reímos mucho, muchísimo.
Cada uno ofrece lo mejor de sí, y te hace crecer en todas tus formas.

Las chicas, son todo amor y ternura. Risueñas. Una gran suerte contar con ellas.
Y los chicos, no los hay más atentos y galanes. ¡¡Cuántas cosas se aprenden con ellos!!
Amigos de sus amigos, de eso no hay ninguna duda.
Gente auténtica y sincera. Eso es lo que ando buscando, y eso es lo que he encontrado.

No sé cómo ni por qué, pero ahí están. Y ojalá por mucho tiempo más.