Aquellos rostros me resultaron familiares. También yo tuve la oportunidad de conocer a quienes duermen en las aceras. A lo largo de casi tres años, la ONG "Solidarios para el Desarrollo" me ha permitido adentrarme en un mundo (para algunos ya es el Cuarto) lleno de historias y desavenencias. Problemas crecientes en los que no se encuentra solución. Conflictos personales para los que no todos tenemos la misma capacidad de respuesta. Trastornos mentales cuya mejor terapia no es, en absoluto, dormir en la calle.
Personas sin Hogar, sí; pero no por ello carentes de derechos. Personas que sienten en su propia piel el rechazo de una sociedad que, lejos de ofrecerles asistencia, les vuelve la espalda.
Indigentes, vagabundos, mendigos... Gente con pasado y presente - su futuro es incierto-.
Errabundos sin destino. Náufragos en un mar de incomprensión. Sujetos abandonados a su suerte.
Personas que cautivan con la mirada. Que claman justicia. Que precisan calor.
Personas de nuestros barrios y plazas. "Ángeles de nuestras aceras".
No hay nada como compartir con ellos parte de su día a día, escucharlos, reír.
Tienen mucho que mostrarnos. Y nosotros, demasiado por descubrir.
Y hay gente que vive bajo techos de oro y son más indigentes que nadie.
ResponderEliminarLo conseguí, Alfo!! Muchas gracias por tu informatica-ayuda!! A seguir aprendiendo*
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