domingo, 1 de agosto de 2010

Bella Lombardía (II)

Un paseo norteño

De historia y cultura ancestrales, Italia es un país que a nadie deja indiferente. La majestuosidad y grandeza de sus construcciones arquitectónicas, su característica gastronomía, el clima mediterráneo; es fácil dejarse seducir por la belleza de su naturaleza y el esplendor de su arte.


Los días posteriores los dedicamos a conocer las ciudades circundantes. Nos sustentamos a expensas de caffè macchiato, brioches, pizzas, pasta y helados. En este recorrido en pareja nos convertimos en auténticos nómadas urbanos. A mi hermano le confío lo referente al idioma y la comunicación interpersonal -para algo estudió italiano en Bachillerato-. Yo asumo la organización del viaje (que no es poco) y el cuidado de mi semejante.
Caminamos. Retratamos aquellos momentos que consideramos irrepetibles. Continuamos caminando. Cada jornada culmina con los pies lacerados y el cuerpo exhausto. Cada amanecer nos sorprende con una nueva lesión pruriginosa (malditos mosquitos italianos!!!!!).


Segundo día: Turín (Torino). Situada en la vecina región del Piamonte. Entre los lugares de interés, destacan la Mole Antonelliana, la Piazza San Carlo, el Palazzo Reale, la Catedral, la Piazza Vittorio Veneto y el Monte dei Cappuccini. Tan sólo a una hora y 50 minutos de Milano, es una localidad que merece la pena conocer.

Tercer día: Bérgamo. De nuevo en la región lombarda. Ésta es, sin lugar a dudas, la mejor ciudad de todas las que hemos tenido la oportunidad de conocer en esta ocasión. En ella, es imposible no admirarse del hermoso contraste que ofrecen las dos partes de la ciudad (Città Alta y Città Bassa). Colina y llanura sustancialmente diferentes pero unidas. El recorrido de la Ciudad Alta marca nuestro objetivo. La subida en bus y funicular y el descenso a pie nos ofrecen una visión completa de los paisajes y ambientes. Se trata de un espacio rico en historia y testimonios del pasado. El estilo medieval de sus torres y calles fascina a cuantos la recorren.

Cuarto día: Pavía. Apenas 25 minutos de tren nos separan de esta capital situada al sur de Milano. Somos recibidos en una atmósfera de lluvia y aguacero que, limitados en el tiempo, dan paso a un ambiente cálido y soleado. Ciudad fácilmente transitable. Resulta reconfortante el paseo a orillas del río Ticino.


Y tras este breve peregrinaje por tierras lombardas, regresamos a Milán. Allí, después de 10 horas aeroportuarias, lectura incesante y un estado de duermevela, embarcamos de nuevo rumbo a España; nuestro hogar.

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