domingo, 29 de septiembre de 2013

Estivales

Parte II

Y casi con la brevedad de un parpadeo, llegan y transcurren los días de vacaciones.
La tournée, en esta ocasión, dará comienzo en un ferry. El destino: la isla balear. Eivissa se convierte durante algunas jornadas en nuestro lugar de residencia y descanso.
Sant Antoni nos sorprenderá por su población -prácticamente exclusiva- de guiris; y los isleños por ser gente sobradamente agradable y solícita. Desde la mañana hasta el crepúsculo recorremos en un pequeño Peugeot 208 las angostas carreteras y sus curvas de vértigo. Los polvorientos caminos de tierra y vegetación silvestre confluyen en espectaculares acantilados y calas de aguas cristalinas. Ante nuestras atónitas miradas se descubren paisajes paradisíacos, repletos de calma y naturaleza. Un ocaso de timbales cubre la costa de serenidad, recordándonos aquella sensación -tantas veces lejana- de armonía y libertad. Las sabrosas comidas, los paseos nocturnos por la capital, las exposiciones solares en playas de ensueño... todo ello se alterna con una animada tarde en catamarán, donde la adrenérgica experiencia de un paseo en moto acuática será -sin duda- un hecho difícil de olvidar.
En cada travesía, canciones y melodías adquieren más que nunca un sentido personal, como si hubiesen sido engendradas para relatar tu propia historia.




De nuevo en la península, es incuestionable poner rumbo a casa. Tu bienvenida es un aliciente más para estar aquí. Aun limitado en tus movimientos te colmas de ánimo y vigor para seguir adelante; te alzas vivaracho tras cada caída. Eres ejemplo sin apenas saberlo. 
El regreso al puebloal hogar, nos hace redescubrir tiempos pasados, tomar conciencia del transcurso de los años. Anima saber que, pese a todo, "no estamos tan mal". Las marchas matutinas (estar en forma en familia), los desayunos y festines caseros, las siestas hasta media tarde, los diálogos y sus diferentes puntos de vista, las preocupaciones con sus noches de insomnio, los sueños que comienzan a cumplirse, los logros.... Todo ello es parte constituyente de nuestro día a día; una vida en común.

Y entre viajes y excursiones hay cabida para encuentros y conversaciones de profunda ayuda y emotividad. Momentos en los que recuerdas -por si se había olvidado- que el miedo, las dudas y el fracaso son agentes comunes a la propia condición humana. Encuentras aliento y esperanza en cada palabra; y aprendes a seguir hacia delante.




El cierre lo pone el fin del periodo estival y un concierto que hace vibrar todo un teatro. Una escena, única e inolvidable, en que se suceden letras de otros tiempos y de ahora. Canciones que de un gran salt te trasladan al mar o a evocar aquella vieja banda de rock. En inmejorable compañía, con todos en pie, se entona al unísono: "... avui l'amor, per fi, retorna a la ciutat..".





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