martes, 20 de noviembre de 2012

Alma

Nadie conoce tu historia, aunque no sería difícil imaginarla.
Se podría decir que tuviste a bien nacer el día que aquella chica te encontró deambulando por las aceras de su barrio. Las torrenciales lluvias de los días previos te dejaron a las puertas de su casa.
Se desconoce tu origen. Quién sabe si formaste parte de los tantos millones de gotas de agua que cayeron esa tarde...
Sólo se sabe que apareciste en condiciones precarias, como si la propia vida te hubiese pasado por encima. El frío y la humedad se tornaron enemigos, y la fragilidad de tu pequeño cuerpo se vio debilitada.
Aquella mano fue tu amparo y custodia. Los cuidados y la atención que recibiste se convirtieron en la mejor medicina, y tu recuperación fue rápida y evidente.

Es entonces cuando aquellas fotos te acercaron a nosotros...

Y hoy, llegas a casa. Interprétalo como un nuevo renacer.
Sorprende tu confianza y serenidad, y la increíble ternura que inspiras. Te presentas juguetona y aventurera, en una búsqueda incesante de caricias y arrumacos. Eres sigilosa, educada, prudente y discreta. Y todo ello pese a ser tan joven.
De mirada transparente y carácter afectivo, tus actitudes nos conmueven. Tienes "alma" de superviviente.

Nadie conoce tu historia... Pero es ahora cuando nos toca compartirla contigo ^+^









1 comentario:

  1. Achús, achús. Bienvenida, Alma. Achús, achús.
    Pd. Me dice Hermes que él también es un superviviente, y que nos agradece que le recogiéramos en aquel bar.

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