domingo, 24 de junio de 2012

Escola d'Estiu

Amanece temprano. Son las 5 am, y el solícito taxista ya espera en nuestra puerta para trasladarnos al aeropuerto.


Sant Cugat del Vallès (San Cucufato en castellano... :s) sólo me era conocida por ser centro de los estudios de Televisión Española en Cataluña. En estos días, se convierte además en escuela que acoge y nutre a un grupo de jóvenes procedentes de distintos puntos de la Península; entre los cuales tengo el privilegio de encontrarme. Se trata de crear un espacio que favorezca acrecentar conocimientos y la relación entre alumnos y profesores.


Son cuatro intensas jornadas de sesiones clínico-patológicas, magistrales conferencias, talleres prácticos y puestas en común. Hay cabida para el diálogo, la discusión científica, las experiencias profesionales y las vivencias personales. El comité organizador apuesta desde su inicio por la participación activa y la interactividad entre los asistentes. 
Y el programa no defrauda.


Han sido, así mismo, días de convivencia e intercambio. Una oportunidad para compartir risas (muchas risas), comidas, fiesta, costumbres e idiosincrasia.


Barcelona vuelve a convertirse en lugar de encuentros y reencuentros. Centro neurálgico de nuevas amistades e inolvidables recuerdos... Quizá por ello es tan difícil despedirse de ella.


La mágica e incandescente noche de San Juan pone cierre a la semana. Entre destellos y pólvora asistimos -atónitas - a un particular juego de cartas. 
La brisa del mar nos devuelve la ilusión. Entierro mis pies bajo la fría arena con la certeza de saber que si "no hay 2 sin 3", tampoco puede haber tres sin cuatro.






1 comentario:

  1. ¡¡Te ha faltado dedicar este post al "Equipo M"!!
    La verdad es que lo pasamos bien, aunque queda ya un poco lejos. Ya nos encontraremos por congresos y cosas de esas, que vaya todo muy bien, Elena!
    Besos

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