Samuel me cuenta que vive en una continua huida. Desde que iniciara su éxodo, no ha encontrado lugar donde descansar tranquilo. Transita las calles cargado con centenares de CDs y películas que nunca ha visto ni oído.
Entra en los bares, aguarda en las aceras. Observa, vigila. Siempre se encuentra en alerta.
Sus ojos me muestran la historia de su infortunio. Su tez oscura conserva las cicatrices del recuerdo. Chico hábil y gracioso; me sumerge en una sonrisa cordial y sincera.
Su mirada revela la dureza de aquella travesía. Un sol que quema, una noche que entumece, un agua que no aplaca la sed. Y compañeros que abandonan.
Samuel es tan solo un errante más. Uno de tantos nómadas que recorren nuestras ciudades. Sigue buscando su destino; aquel que un día le hizo partir de su patria y lanzarse a este viaje.
Dices dos veces que sonreía, y no me extraña. Samuel sabía que su vida podía ser peor, o incluso, haberse terminado en la travesía hacia tierras mejores. Sin embargo él ya es feliz nada más que con estar aquí, y con poder disfrutar de su vida y la posibilidad de un futuro mejor.
ResponderEliminarSin embargo aquí estoy yo preocupándome por cientos de cosas innecesarias, o por situaciones de (mínima) falta de comodidad. A veces me pregunto si verdaderamente aprecio el sitio donde vivo, la gente que me rodea, mi formación y todo lo que tengo que, desgraciadamente, me hace convertirme en miembro de una "selecta élite mundial"...
Hola Elena, Soy Ana me ha gustado mucho tu texto lleno de cotidianeidad y de inquietud hacia esas personas que no conocemos de nada y que forman parte de nuestra sociedad en la que Samuel no tiene derechos, no se le trata como a una persona.
ResponderEliminarSolo decir que Samuel tiene suerte de estar aqui, de no haberse quedado en el camino porque cada vez los muros estan mas altos, el mar queda más lejos, cada vez es mñas dificil alcanzar un derecho que toda persona quiere que es elegir donde y como quiere vivir. Estamos en tiempos dicifiles para las personas migrantes cada vez las leyes van a ser mñas duras y lo peor es que la sociedad esta de acuerdo con ellas asi como esta de acuerdo con la pobreza y la injusticia ya que hacemos muy poco para acabr con ella.
Besos que se me va la olla jeje